EL PINAR DE SIGÜENZA

Gonzalo Carpintero Laguna - Ingeniero Técnico Forestal
Articulo publicado en ANALES SEGUNTINOS Nº 18 (2002)

   Para muchos seguntinos, nombrar al pinar es sinónimo de recreo, desahogo, esparcimiento, bálsamo, ... así como cualquier otro adjetivo que pueda calificar a este espacio natural como lugar de influencia en el discurrir social seguntino. Esta masa arbórea se ha adueñado de parte del ocio del habitante y visitante de Sigüenza. Antes de seguir catalogando al pinar, voy a definir lo que se considera por Pinar de Sigüenza:
   Sabidamente en el lugar, el Pinar es la zona de pinos que hay debajo de la Pinarilla, desde el Oasis hasta el moretón; a un lado discurre la cuerda de la carretera de Alcolea y al otro, el camino de la Lastra y el Arroyo del Vado. Popularmente, y según las voces locales es una zona distinta y diferenciada de lo que se denomina “Pinarilla”, situada al principio desde Sigüenza, y de lo que es el “pinar de Barbatona” (al final), desde el Morretón y el Barrancazo.
   Geográficamente como: Mancha arbórea de pino resinero que limita al norte con el monte la Pinarilla y la finca La Lastra, al sur con la cuerda, baldíos de Barbatona y valle de Valdemerinas, al oeste con la cuerda y al este con el término de Alcuneza, el Morretón y pinar de Barbatona.
   Administrativamente como: Monte perteneciente al término municipal de Sigüenza, incluido en el Libro de Bienes del Excmo. Ayuntamiento de Sigüenza; Monte Municipal declarado de Utilidad Pública e incluido con el nº 229 en el Catálogo Provincial de Montes. Se encuentra deslindado, amojonado y ordenado.
  
   El pinar procede de repoblación artificial, allá por principio de los años 40, al finalizar la guerra civil española. Al alcanzar los pinos la edad adulta, (unos 20 años) se comenzaron a resinar, siendo fuente de recursos y subsistencia de numerosas familias seguntinas, que obtenían la miera de la resinación y posteriormente se llevaba a destilar a la factoría que la Unión Resinera Española tenía en Mazarete. Con la introducción en el mercado de los productos derivados del petróleo, entró en decadencia esta industria, hoy en ruinas, dejándose de resinar estos pinares, más concretamente éste de Sigüenza hacia el año 1975.
   Este cambio en la función de explotación del pinar, productos directos por uso indirecto, no varía la función ecológica de alto valor que supone tener esta mancha arbórea en la estación que se encuentra.

   En las siguientes líneas quiero hacer una breve descripción ecológica del pinar para ilustrar al lector en que consiste esta formación vegetal, y una sencilla aportación a lo que debe ser su persistencia.
   Las coordenadas entre las que se encuentra el pinar son 1º 03’ 20 “ - 1º 05’ 25” de longitud Oeste del meridiano de Madrid y 41º 04’ 30” – 41º 05’ 25” de latitud Norte.
   La altitud oscila entre los 1.191 m de máxima, en el alto de la casilla (junto a la torre de incendios) y los 1.040 m de mínima, en el campamento, sobre el nivel del mar en Alicante.
   No pertenece a ningún sistema montañoso, encontrándose aislado en la estribación meridional de la Sierra Ministra.
   Los límites naturales que delimitan el pinar son: por el norte, Arroyo del Vado; por el sur, divisoria norte de la vaguada del Arroyo de Valdemerina; por el este, Arroyo del Barrancazo y Arroyo de los Tejares; por el oeste, confluencia del Arroyo del vado con Arroyo de Valdemerina.
    La pendiente es bastante uniforme en toda la extensión del monte, no sobrepasando el 20 %, excepto en los barrancos donde puede llegar al 35 – 40 %. Se puede considerar como altitud media los 1.100 metros, rompiendo esa uniformidad varios barrancos, que son cauce de uno o varios arroyos, por los que solo baja agua en primavera, destacando el Arroyo del Vado, el Arroyo del Lucio y el Arroyo de Valdemerina. Puntualmente se encuentran charcas y sitios de drenaje impedido en el fondo de estos valles, a causa de capas de arcillas bastante compactas.
   Presenta una marcada exposición Norte, a umbría, quedando algunas laderas a exposición Sur, solana.
   Geológicamente se sitúa sobre rocas del Triásico, siendo arenas del Butsandstein. Al sur aparecen carniolas del Supra-Keuper y una pequeña muestra del Liásico.
   Hidrográficamente se sitúa en la cuenca principal del Tajo, y secundariamente en la del Henares, donde desembocan todas las aguas que por él discurren. No presenta cursos de agua permanentes y si torrenteras y arroyos de temporada.
   Para considerar las circunstancias climáticas se han tomado y analizado los datos de la estación meteorológica “El Bosque”, situada al principio del pinar, junto al oasis, ubicación que garantiza veracidad, pues no hay que hacer correcciones en cuanto a su latitud y altitud. El periodo estudiado discurre entre 1964 y 1984. Así obtenemos que, las variables climáticas que condicionan la vida en el pinar son:
   Temperatura media anual 10,3º C
   Temperatura media de las máximas 18,1º C
   Temperatura media de las mínimas 2,5º C
   Temperatura máxima absoluta 43,0º C
   Temperatura mínima absoluta - 18,3º C
   Precipitación media anual 607,4 mm
   Precipitación mínima en un año 393,7 mm
   Precipitación máxima en un año 820,6 mm
   Periodo de helada segura 5 meses (ene, feb, mar, nov, dic)
   Periodo vegetativo 5 meses (abr, may, jun, sep, oct)
   Periodo de sequía 2 meses (jul, ago)
Según la Clasificación climática de Allué Andrade:
   IV6 Clima mediterráneo genuino moderadamente cálido menos seco
Según la Clasificación Climática de Thornthwaite
   Clima mesotérmico subhúmedo
    En cuanto a los suelos donde se ubica el pinar, éstos son tierras pardas meridionales sobre areniscas, asociados a suelos poco evolucionados, de perfiles A/C, ranker y litosuelos silíceos. Comúnmente, en las zonas desprovistas de vegetación, aparece una pequeña capa de evaporación de unos 2-3 cm., que se rompe formando grietas. Son comunes las alteraciones de tipo físico debidas a las heladas, que deparan restos rocosos en superficie. Son suelos blandos, muy fácilmente erosionables por escorrentía y abrasión, dato que conduce a considerar la masa de pinos (pinar) que puebla estos suelos como de gran estabilizadora y conservadora, deteniendo su erosión.
   La vegetación del pinar consta de una masa pura de la especie Pinus pinaster Ait., comúnmente llamado pino resinero, proveniente de repoblación allá sobre el año 1940. La encina, Quercus ilex L.,aparece en los bordes y cercanías del pinar, siendo bastante escasa dentro de él. El quejigo, Quercus faginea Lamk., es la especie acompañante, que abunda por el interior del pinar. Otras especies frecuentes son el enebro, Juniperus communis L., y los chopos (Populus nigra L.) y sauces (Salix sp.) en las vaguadas, arroyos y zonas de encharcamiento. Hay presencia testimonial de algunos pies aislados de pino silvestre (Pinus silvestris L.) y pino piñonero (Pinus pinea L.) probablemente procedentes de la repoblación original en 1940. Otra especie noble presente en las inmediaciones del pinar es la sabina, Juniperus thurifera L., en parecidas ubicaciones que la encina.
   El estrato arbustivo se encuentra más desarrollado que antiguamente cuando el pinar se resinaba. Se compone de brecina (Calluna vulgaris (L) Hull), muy extendida; jaras, Cistus laurifolius L., Cistus ladanifer L. y Cistus crispus L.; zarzamoras (Rubus sp.)y rosáceas, (Rosa sp.), resultando matas de gran desarrollo en los terrenos mas húmedos; tomillos, Thymus mastichina L.; gayuba, Artostaphyllos uva-ursi (L) Sprengel, colonizando los suelos; y algún cantueso, Lavandula stoechas L. Dentro de este estrato arbustivo cabe incluir a toda la regeneración de las especies arbóreas principales, sobre todo pino resinero, que llega a formar rodales bastante extensos de pies jóvenes.
   Como su propio nombre indica, pinar, es una mancha arbórea de pinos, en nuestro caso de la especie pino resinero, Pinus pinaster Ait.,. Dado su protagonismo en el contenido de estas líneas, cabe ahondar un poco en su conocimiento.
Pinus pinaster Ait. Familia. I.- PINACEAE
Subfamilia.- Pinoideae
Nombres vulgares.-Pino resinero (Sigüenza), Pino negral, Pino negrillo (Guadarrama, Gredos, Castilla la Vieja), Pino rodeno (Aragón, Cuenca, Valencia, Comarca de Molina de Aragón), Pino rodezno (Jaén), Pino borde (Baza), Pino rubial (Avila), Piñeiro bravo (Galicia)
Nombres extranjeros.- Pin maritime, Pin des Landes (Francia), Pinheiro bravo (Portugal), Pinastro (Italia), Cluster pine (Gran Bretaña), Igelföhre, Sternkiefer (Alemania).
Nombres comerciales.- Pino gallego, Pino de las Landas, Pino negral.
   El nombre latino de los pinos, Pinus, fue mantenido por Linneo como su nombre científico y deriva, según algunos, del celta pin: montaña, roca; por la facilidad con que algunas de sus especies viven en terrenos descarnados; pero según otros autores derivaría de pitu, nombre sánscrito del pino. Pinaster era el nombre romano de un pino silvestre y está formado añadiéndole el sufijo aster, que denota parecido imperfecto y fue muy empleado para componer los nombres con que se designaba a las razas silvestres de las plantas cultivadas.
   Árbol de talla mediana, no soliendo pasar de los 20 metros. Porte regular en su juventud, a modo de abeto, siendo variable en la edad adulta, la resinación modifica la silueta de estos pinos. El sistema radical es el más fuerte de los pinos españoles, consta de una raíz principal penetrante y secundarias muy desarrolladas. Tronco derecho o flexuoso, bastante lleno, con un coeficiente mórfico de 0,55 en los resinados y de hasta 0,60 en los mas desarrollados. Las corteza del fuste es negruzca y áspera en su juventud; en la madurez el ritidoma es grueso, agrietándose profundamente, dando lugar a teselas o costillas irregulares, negruzcas, rugosas, al fin pardo-rojizas, separadas por surcos de viso amoratado. Copa bastante clara, piramidal en los jóvenes, luego redondeada o con lóbulos agudos, se reduce al tercio superior de la altura del árbol y aún menos en masa; en los pies viejos se torna aparasolada o acampanada, vacía en el interior. Ramas erecto patentes, regularmente verticiladas hasta edad avanzada. Ramillos fuertes pardo rojizos, con escudetes gruesos y cojinetes salientes; normalmente son uninodales, accidentalmente pueden tener dos metidas en el año. Brotes rojizos, a veces con tinte carmín o rosado al desarrollarse. Yemas no resinosas, ovoideas o subcilíndricas, terminadas en punta corta, blanquecino peludas, por las largas pestañas de sus escamas pardas, franjeadas de blanco, libres revueltas en sus extremos. Acículas envainadas por dos, rígidas, gruesas y largas, las mayores de los pinos españoles, con 15 – 25 cm de largas y 2 – 2,5 mm de grueso, acanaladas o planas en la cara interna, finalmente aserradas en los bordes, con ápice pinchudo, de color verde oscuro vivo; permanecen en el árbol 3-4 años.
   Flores masculinas de 1-2 cm de largas y 4-6 mm de grueso, amarillentas, cilíndrico-apuntadas, muy numerosas, en espigas de 6-7 cm. Estambres con laminilla grande, redondeada, algo dentada. Conos floríferos femeninos verticilados por 2-3 o mas, rara vez aislados, erectos, pedunculados, de 20-22 mm de largo, rojizos mas o menos amoratados, con ombligos piramidales.
   Piñas sentadas o subsentadas, revueltas, subsimétricas o algo asimétricas, cónico-alargadas, con frecuentes extravasaciones de resina entre las escamas, de 8-20 cm de largas, las mayores de los pinos españoles. Apófisis romboidal-apiramidadas, pardo-rojizas, lustrosas, con quillas transversales muy marcadas y ombligos punzantes, rectos, comprimidos. Se desarrollan mas las escamas del lado externo de la piña, mas iluminado. Piñones oblongos, de 7-9 mm negros y lustrosos por una de las caras, pardo-grisáceos por la otra, con ala articulada pardo-grisácea, ancha, 4 veces mayor que la semilla. El piñón pesa 0,035-0,065 gr. Embrión generalmente con 6 a 8 cotiledones.
   Florece de abril a primeros de mayo. La piña está madura a final del verano del siguiente año, pero la dehiscencia y caída de los piñones no tiene lugar hasta la primavera o verano del año tercero. Los piñotes suelen quedar en el árbol 1 o 2 años más.
   Es una especie típicamente mediterránea occidental, su área natural es reducida, comprendiendo España y Portugal, Sur de Francia, Italia, Marruecos, Argelia Túnez e isla de Pantellaria. Sus representaciones más extensas se sitúan en la Península Ibérica. En España es el pino que ocupa mayor superficie naturalmente y el más ampliamente utilizado en repoblación forestal.
   El pino resinero es una especie de temperamento robusto con gran exigencia de luz, capaz de colonizar terrenos áridos, con formaciones rastreras y abiertas, y cuyos brinzales soportan mal la sombra desde pequeños, de ahí la proliferación de gran regeneración en los claros y zonas abiertas. Soporta fuertes heladas de hasta –20º C. Estas condiciones la caracterizan como una especie típicamente mediterránea.
   Encontramos gran variedad de enfermedades que afectan a este pino: Armillaria mellea, Cenangium ferruginosum, Fomes pini, Fomes pinicola, Lophodermium pinastri, peridermium pini y Diplodia acicola entre las más importantes, todas ellas hongos, y con presencia detectada en el pinar. Es frecuente ver también parasitando en estos pinos al muérdago. Entre las plagas que pueden afectar a este pino encontramos Thaumetopoea pityocampa (procesionaria), Dendrolymus pini, Pissodes notatus, Ryacionia buoliana, Ryacionia duplana y Blastophagus piniperda, todos ellos insectos y con presencia observada en el pinar.
   Presenta el crecimiento más rápido de entre los pinos peninsulares. Su longevidad es mediana, pudiendo alcanzar los 200-250 años, siendo variable con el tratamiento, ya que la resinación reduce su vida considerablemente.
   Es un pino perteneciente a un grupo que data del cretáceo inferior, habiéndose encontrado especies muy afines en los sedimentos miocenos.
   Madera de grano basto y anillos anuales muy aparentes, de albura blanco amarillenta y duramen rojizo, bastante ligera (densidad media 0,5), es la más resinosa del género.
   Su corteza, como la de todos los pinos, es astringente, y se empleó como curtiente de pieles (Cuenca). Los brotes tiernos se han empleado como alimento de ganado en épocas de escasez, principalmente en los inviernos muy fríos y con fuertes nevadas; los cogollitos, en forma de infusión, en medicina popular, para combatir los catarros y bronquitis. Los piñotes se han usado frecuentemente como combustible, sobre todo para encender chimeneas. De los tocones se obtienen buenas teas.
   El aprovechamiento más característico de este pino es el de la miera, como ha ocurrido en el pinar de Sigüenza. Mediante incisiones longitudinales, llamadas caras, que profundizan hasta las primeras capas del leño, donde se encuentran los canales resiníferos, se sangra la resina canalizándola hasta recipientes de barro (potes) que se cuelgan de la base de la muesca. Se obtiene de media entre 2 –3 kg/pié/año de miera, llegando hasta los 5 kg en las mejores estaciones. La miera (trementina) es un líquido incoloro o dorado que se solidifica prontamente al contacto con el aire, tiene un olor característico, y por destilación en vapor de agua se obtiene la esencia de trementina o aguarras constituida principalmente por pineno y nopineno; queda como residuo la resina, denominada colofonia o pez griega, ya que antiguamente se traía de la ciudad griega de Colophon.
   En medicina se ha empleado la trementina y la colofonia en diversos emplastos, ungüentos y linimentos, como el conocido “ungüento regio”, en forma de friegas contra el reuma y otros dolores. También sirven la trementina o su esencia como antiséptico y balsámico, principalmente en las afecciones de las vías respiratorias.
   Quemando la madera y astillas del pino se obtiene la pez del pino, de color negruzco, muy apreciada en veterinaria para combatir la roña del ganado y otras enfermedades cutáneas, durante su obtención hay que tener cuidado para que no se inflame la leña y se vaya quemando lentamente, soltando poco a poco la pez.

   En fin, son muchas y variadas las aportaciones que esta especie de pino ha hecho y puede hacer al desarrollo humano, más teniendo en cuenta su desplazamiento en el mercado por un producto como el petróleo, tan dinámico en su valor y su disposición, que puede algún día volver a hacer rentable las explotaciones resineras y el aprovechamiento de los pinares de resinero, como el nuestro. No obstante, el no realizar éste, no nos debe impedir seguir disfrutando de una masa arbolada tan simbólica y disímil en la comarca Seguntina, siendo ésta una zona típica de encinas y quejigos, y de tener en cuenta su elevado valor ecológico en una zona arenosa de alta capacidad erosiva.

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA:
CARPINTERO LAGUNA, Gonzalo (1993): Estudio Ecológico Básico de la Estación Forestal “Pinar de Sigüenza”. Inventario Natural. Madrid. E.U. Ingeniería Técnica Forestal.
LÓPEZ GONZÁLEZ, Ginés (1982): La Guía Incafo de los árboles y arbustos de la Península Ibérica. Madrid. Editorial Incafo.
CEBALLOS Y FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA, Luis y RUIZ DE LA TORRE, Juan (1979): Árboles y Arbustos de la España Peninsular. Madrid. E.T.S. Ingenieros de Montes.

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